lunes, 30 de abril de 2012



considerando mi obsesión por la ética, el único aporte que puedo hacer a la sociedad actual es intentar destruirla.












las gotas de una lluvia incipiente arrastrándose por la ventana de la van. los audífonos transmiten suaves sonidos de sintetizador. escucho la música en un difuso color violeta. recuerdo el viaje  hacia ollanta y tambo. la sensación de que algo hermoso y aterrador nos esperaba un poco más allá. de que en cualquier momento ese pueblo perdido nos trasladaría a todos a un universo paralelo. el primer viaje en tren. la felicidad en el devenir sin sentido planificado. la cara de incomodidad del turista europeo del frente. la posibilidad de encontrar algún tipo de complicidad en ese ser humano con cara de vikingo. aguas calientes y sus montañas monstruosas. la nostalgia por adelantado o las ganas de querer volver mil veces, antes de partir. calles pequeñas y abultadas como las de esa Tailandia que aparece en las películas. quiero ser esas montañas. mirar todo desde la altura. confundirme con el cielo por las noches para espantar a los turistas.







está claro
tan claro como el agua

el cuerpo ya lo entendió
la mente se niega

se pudren las ideas
escupo gusanos en vez de palabras

extraviada

la luz solar ya no traspasa  los cuerpos
tengo manos, piernas, rostro, y no sé qué hacer con ellos

la cabeza repleta de pensamientos corruptos

estoy a punto de parir un cadáver
por la nuca
por los ojos

debo morir
agonizar sobre el sentido

dejarme morir.

lunes, 23 de abril de 2012

vivo de la remoción de conciencias
del intento por sanar a los espíritus saqueados
de los confundidos del sentido
de los que fueron arrastrados un paso más allá
por una fuerza difusa
como un canal de televisión mal sintonizado

siento una cuchara raspándome el pecho
apretándome los ojos
y una voz que me dice: esto es
el camino iluminado hacia la locura

las instrucciones son claras:
debemos cruzar el río
ahogarnos en él si es necesario
pero yo no quiero.
no me atrevo

pasaré años intentando construir un puente
que me permita transitar libremente
entre una y otra ribera




en medio de su vaporosa existencia
cambió sueño por vigilia

transita liviana por los paisajes surrealistas
pero es un plomo a la hora del desayuno

bien le vendría un ancla atada a la imaginación
que se la lleva
se la lleva
cada vez más lejos

ella sabe que pronto el viaje será irretornable
quiero mirarte sin resentimientos
entender tu mezquindad
entender tu injusticia
(así como entiendo la mía)
porque he decidido amarte hasta la última bocanada de aire
amarte así,
dulcemente,
a lo lejos
sin ambiciones de ningún tipo
amarte con gratitud
amar tu existencia más de lo que tu nunca llegarás a amarla

la vida se le acabó hace por lo menos cinco años

desde entonces lo único que hace es reciclar anécdotas
juegos de la infancia
técnicas de conquista
bromas de mal gusto

y a mi me toca verlo así
riendo vagamente, de vez en cuando

así

vaciando el tiempo de todo proyecto

jueves, 19 de abril de 2012

sufre de atrofia emocional


los sentimientos le estallan en la mirada, 
en las muecas de la boca, 
pero nunca en las palabras, 
nunca en los abrazos.


estrecho de expresiones


atrae porque hace pensar que se guarda a sí mismo para algo mayor
pero lo cierto es que no.


la sorpresa no es tan grande
A los viejos siempre los trato con cuidado, no tanto porque crea que sus años merecen respeto, sino porque me da la impresión de que siempre están a punto de desarmarse


EN ALGÚN MOMENTO TENEMOS QUE DEJAR DE ROGAR
la posibilidad de ser es lo que le aterra. la confirmación de que realmente los límites son minúsculos y las justificaciones interminables. 

las opciones lo paralizan. lo dejan seco. y sin embargo, siempre el vaso aguanta mas gotas antes de rebalsarse. 

por qué.

 ¿por qué? 

¿cómo surtieron efecto tantos años de domesticación?
Ah, esa mirada... La he visto tantas veces. 
Creo que hasta la entiendo. 

El anuncio del tabú en un cuerpecito sutilmente contorneado, seductor en su ignorada desfachatez. 

Lo puedo entender, sí... 
Aunque me ponga los pelos de punta y me haga pensar que el plan está mal trazado, 
que todos estamos condenados al instinto sin forma. 

Los ojitos, el rosado intenso de los labios, y el milimétrico torzo, seguido por esas piernas de palillo. 

Al frente: el observador. 

Coronado por un gorro de jockey, la mirada de mala disposición y la expresión de una boca cementada por la líbido más amarga . 
Tan amarga, 
que en ella la moral no alcanza a expresarse.

martes, 10 de abril de 2012

combatir el odio con más odio es como querer aclarar el  negro con más negro

DIFUSA


estancada por la incertidumbre, demasiado preocupada de no caer en la angustia como para disfrutar realmente de la vida. 
esta existencia maravillosa se le presenta lejana, incapaz de alcanzarla. 
quiere estar ahí, quiere estar en ella y no puede. 
presiente una tristeza apocalíptica. 
se siente en constante proceso de adaptación, pero no de vivencia. hace tiempo ya que sus experiencias no le golpean el alma, hace tiempo ya que no está aquí. 
casi siempre dormir le parece el panorama más atrayente, versus cualquier otra actividad. tiene un casancio del que no quiere hacerse cargo. no sabe cómo. 
la vitalidad le sale como a goteos.

lunes, 9 de abril de 2012

no quisiera odiar (pero)

tengo rabia. una rabia que no es mia. una rabia heredada, que de tanto acumularse se rebalzó. me alcanza. no era mía esa rabia, pero he decidido apropiarme de ella. llevarla como un corsé que determina cada uno de mis deseos. hago mía esta rabia para entenderla. porque creánme que si hubiera podido elegir, no existirían en mi vida las escenas de menosprecio, subestimación, maltrato, las pulsiones invasivas, el sexo paralizante, la masculinidad absorbente, la distancia social, el asco al cuerpo. no existiría nada de eso, y yo podría ser esa mujer, completa en su apariencia, sin desgarros, sin resentimientos, la existencia que tu quieres para mi y que probablemente, me entregaría un poco de esa calma condescendiente que necesito.

pero no puede ser. no puedo ser. pasarán un par de generaciones, por lo menos, antes que yo y mis fantasmas seamos capaces de perdonar la hegemonía de esa masculinidad cegadora. de ese hombre que aniquila, más allá de su intención. que me aniquila, con la ayuda de sus esclavas, desde dentro. he aprendido a instalar dispositivos de autodestrucción en mis entrañas, antes que cualquier cosa. antes que todo. 

domingo, 8 de abril de 2012



que la iglesia católica nunca haya condenado de manera enfática todo el festín que se da el mercado a partir de sus principales fechas conmemorativas, me confirma que no solo han sido cómplices de este sistema económico devorador, sino también artífices

jueves, 5 de abril de 2012

dieciocho de febrero en cusco


hace un rato lo había visto subirse al escenario. era un europeo  más en un lugar lleno de europeos. todos molestamente enajenados por su calidad de turistas jóvenes en un país tercermundista.  a mi nunca me han gustado mucho los europeos. para qué hablar de la dinámica de ir a taquillar a las discos que siempre me ha parecido tan patética. pero ahí estaba yo, semi taquillando con un grupo de amigas en una disco con música horrorosa de fondo, y rodeada de extranjeros más excitados que cocker spaniel. asqueroso. de partida asumí que tenía que estar ebria para disfrutar el contexto y sacarme de la cabeza todos los análisis intelectualoides. ser mujer en un mundo machista y en esas circunstancias, es un favor enorme para la billetera. no pagué ni un peso por todo lo que tomé.

ya llevábamos más de una hora bailando en la groove y de las cinco que eramos, solo podía divisar a la nati. le habia gustado un tipo igual a jesús. otro europeo más, pero sospechosamente rodeado solo por mujeres. la nati no queria acercársele porque juraba que una de ellas era su polola, pero para mi la opción más segura es que era gay. intenté llevarla a la rastra para que le hablara, pero se me arrancó y cuando logré alcanzarla ya estaba bailando con otro, un gringo con una cara de nick carter que no se la sacaba nadie.

me quedé sola y me acordé que entre medio de yisus y nick, la nati me había dicho que bailara con un tipo que estaba cerca nuestro y que me miraba de repente. era el del escenario. me acerqué a él y le pregunté si quería bailar. me dijo que sí. le pregunté de dónde era y me dijo que era sueco, que no sabía hablar español y que se llamaba ryan o brian. no le escuché bien. para peor, rato antes había bailado con otros dos suecos: joseph y ludwing. pasado unos días, ya no sabía cuál era cuál.

le dije que me llamaba loreto y el me estiró la mano diciendo "nice to meet you", mientras me miraba con cara de ángel risueño de cuadro de botticcelli -ya, color, pero en verdad el tipo era exageradamente hermoso-. me preguntó dónde estaba mi novio. le dije que no tenía y me preguntó que por qué una chica como yo estaba sola -galán el hombre- le hice la misma pregunta de vuelta y él me dijo que no tenía novia  "because im not handsome". le dije que estaba loco, aunque demás que con tanto cabro de ojos azules las suecas se aburren.

no sé qué más hablamos, pero pasaron menos de cinco minutos y el el loco me dijo ¿can i kiss you? y yo medio atontada por el alcohol le dije if you want you. y asi, estuvimos con el sueco como unas dos horas: agarrando en medio de la conversación, el alcohol, la música, los sofás escondidos, y el inglés a medio morir saltando.

el idioma fue un problema, sin duda. podríamos haber tenido conversaciones mucho más interesantes si él hubiera sabido hablar español o yo sueco, o si yo hubiera manejado mejor el inglés. después de dos horas de interacción, la mitad de mis frases de respuesta eran simplemente" i dont get it". ryan brian joseph de suecia miraba mi cara de incomprensión, trataba de parafreasear algo en español, sin éxito, se reía y me volvía a dar un beso largo, suave y preciso.

bailamos song two de blur como enajenados, él me dijo que machu pichu era un lugar increíblemente mágico, dijo que yo y mis amigas eramos unas flojas por no subir hasta aguas calientes a pie como lo había hecho él, me contó que era amigo de calvin harris, yo le creí porque en ese entonces no sabía quién mierda era, y como a la hora de conocernos me invitó a dormir a su hostal. le dije que no y el me dijo 'its ok" y seguimos conversando. otra hora después, me dijo que se quería ir, pero que quería volver a verme. yo le puse una cara de "loco, este romance tiene cero futuro", que el captó magistralmente, y con rostro de frustración me dijo "it's that impossible?", a lo que opté por mantener mi expresión facial de maraca rompecorazones y ryan brian joseph de suecia me miró con  leve disgusto, me dio un beso más corto de lo normal y se fue.

a los días después me di cuenta que igual tenía ganas de ver al sueco otra vez y que no sabía su apellido, ni el lugar en donde se estaba hospedando -tenía un nombre inca raro que no logré recordar nunca-, y peor aun, no estaba segura siquiera de cómo se llamaba. me sentí una idiota por no darme la oportunidad de disfrutar de la compañía del tipo por otro día más. qué importaba que no nos fueramos a ver nunca más. qué importaba extrañarlo después. me las di de mina fría, cuando en realidad siempre he sido una quinceañera ridículamente enamoradiza. tanto así que ya ha pasado más de un mes y me acuerdo del sueco todas todas las putas semanas. es que nunca había besado a alguien con los ojos tan celestes.



miércoles, 4 de abril de 2012

"escena de la calle santa maría en vitacura a cualquier hora del día: es imposible divisar más de cinco personas hacia cualquier dirección. la mayoría de ellas son de tez morena o muy morena, algunos de ellos inmigrantes, todos están vestidos con ropa de trabajos de baja remuneración y prestigio como: obreros de la construcción, jardineros y asesoras del hogar, en el caso de las mujeres. el resto de los transeúntes son niños y niñas de aspecto europeo que vienen saliendo del colegio y cuyos hogares están demasiado cerca como para que sea necesario tomar un auto. por último, una pequeña proporción corresponde a personas que visitan la comuna de manera poco frecuente, por diversas razones, y que permanecen confundidas por la sensación enajenante de esta realidad que parece funcionar perfectamente sobre la base de la más absoluta segregación social. el panorama dentro de la locomoción pública es bastante similar, salvo que en ella se suma un componente nuevo: los estudiantes de clase media que van a los campus universitarios ubicados en la comuna. el resto de los seres humanos existentes se desplazan anónimamente en sus autos. el servicio de transporte funciona a la maravilla debido a la baja demanda." 

espero la c veintidós en el paradero de avenida el palo con santa maría. junto a mí espera  una mujer peruana, que probablemente hace de nana en alguna casa cercana. al rato llega otra mujer, también peruana y también probablemente nana. no se conocen, pero empiezan a conversar  sin problemas sobre lo mucho que tarda en pasar la micro. yo también quiero conversar, pero ninguna de las dos me pesca, así que empiezo a crear ideas sobre las relaciones humanas que supongo que se dan en el  sector, y las observaciones suenan en mi cabeza con una voz ridículamente enciclopédica. 

martes, 3 de abril de 2012

si hay algo que desprecio como motor de la existencia humana es el prestigio. sobre todo como se da en la sociedad actual. ese afán de validarse a través de la carrera, a través de la profesión, de la vestimenta, de los productos tecnológicos que eres capaz de comprar, del barrio en el que vives, de los lugares a los que vas a comer, de las rutinas que te inventas.  esa obsesión por cumplir el plan de vida perfecto, por seguirle el juego a las peores estrategias de persuasión publicitaria, como si la existencia fuera un paquete turístico a largo plazo. ¿qué me importa a mi que hayas estudiado en la mejor universidad del país? ¿qué me importa que esta enferma sociedad te considere una persona exitosa? que tu coeficiente intelectual te permita ir a estudiar a harvard no me dice nada de tu calidad como ser humano. me enferma por sobre todo ese prestigio academicista porque lo veo arraigado también en mi, como una contradicción terrible, como un impulso molesto que debo extirpar de mis motivaciones, una y otra vez.

domingo, 1 de abril de 2012

la lela

cuando mi papá y sus hermanos eran chicos, mi abuela no los dejaba tener bicicletas ni andar en ellas porque podían caerse. tampoco los dejaba salir, asi que tenían que escaparse y aguantar al regreso la sesión de barillazos. eso hasta que pudieron irse de la casa luego de casarse.estuvieron practicamente viviendo en un internado hasta los veinticinco años o más. al menos dos de ellos.

cada vez que mi papá cierra una puerta, pone un candado o advierte sobre algún peligro a alguien - y lo hace con demasiada frecuencia-, yo veo a mi abuela en su cara. veo su inseguridad psicopática y su pesimismo encubierto en una prevención excesiva. veo también a mi tío, el hermano del medio que nunca consiguió esposa, que nunca pudo salir de esa casa dominada por mi abuela y habitada por el cariño disperso de mi abuelo.

en medio de esas dos personalidades, a mi tío se le confundió el sentido de la existencia y se vio obligado a construir una vida a partir de los devenires más insignificantes: anotar los números del medidor de la luz todos los días, coleccionar candados, bolsas, zapatos, cajas de remedios y libros, lavarse las manos hasta sangrar, revisar la cerradura de las puertas una y otra vez antes de salir, o comprar cajas de golosinas semanalmente para calmar la ansiedad.

mi abuela está en todas esas acciones como un timbre de validación burocrático. a veces voy por la calle y se me aparece su cara como un fantasma en medio de la sinapsis. "en eso que acabas de hacer, también estoy yo".

facho por miedo

ahí va mi papá, a paso apresurado por una de las arterias del santiago centro de fines de los sesenta. va junto a un montón de otros cabros, todos con pantalones acampanados y sueters ajustados. cargan banderas del partido nacional de chile. marchan orgullosos al lado de sergio onofre jarpa. caminan, se ríen, gritan al unísono en contra del comunismo. caminan un poco más allá. un poco más, hasta encontrarse con el grupo opositor. el enfrentamiento comienza, como la mayoría de las veces, con palabras amenazantes. luego vienen los insultos. los empujones. los manotazos. los golpes. de pronto el balazo y un rojito que cae al suelo.  mi viejo corre, corre y corre. vuelve hasta nuestra conversación post almuerzo en la casa en que vivimos en el puente alto del siglo xxi, para decirme sin verguenza ni orgullo, que el muerto era un brasileño y "que nunca se supo quién lo mató". se me viene a la cabeza la foto empolvada de pinochet que mi papá tiene colgada en el cuartucho de cachureos de la casa. me da la impresión de que la tiene ahí solo para provocarnos. para ver hasta donde llega nuestra amor hacia él. un amor traducido en la aceptación de ese fascismo que siempre ha sido más emocional que ideológico. mi padre es un facho por miedo, no por convicción.