lunes, 30 de abril de 2012








las gotas de una lluvia incipiente arrastrándose por la ventana de la van. los audífonos transmiten suaves sonidos de sintetizador. escucho la música en un difuso color violeta. recuerdo el viaje  hacia ollanta y tambo. la sensación de que algo hermoso y aterrador nos esperaba un poco más allá. de que en cualquier momento ese pueblo perdido nos trasladaría a todos a un universo paralelo. el primer viaje en tren. la felicidad en el devenir sin sentido planificado. la cara de incomodidad del turista europeo del frente. la posibilidad de encontrar algún tipo de complicidad en ese ser humano con cara de vikingo. aguas calientes y sus montañas monstruosas. la nostalgia por adelantado o las ganas de querer volver mil veces, antes de partir. calles pequeñas y abultadas como las de esa Tailandia que aparece en las películas. quiero ser esas montañas. mirar todo desde la altura. confundirme con el cielo por las noches para espantar a los turistas.







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