martes, 23 de agosto de 2011

rima, pero no

como si me hubieran pasado un rastrillo por el pecho. siento que me deshilacho como un chaleco viejo. sindrome de abstinencia.  ganas de cortar el pensamiento con un golpe en la cabeza. certero. letal. para no sufrir más. el mal de las mujeres ilusas. la patria puta que te parió. te dejo a un lado para hundir la cabeza en otro . y vuelta a empezar el círculo de la autocondena. que si me apego o no me apego, mal vale la pena.

lunes, 15 de agosto de 2011


estábamos en una casa de campo,  de esas con pasillos largos, como los de la colonia. yo venía llegando de un mundo extraño que quedaba cerca, pero no tanto. y aparecí ahí, con gente que nunca había visto, pero que se suponía que eran mi familia. de repente aparecieron unos osos hormigueros que no se llamaban así, sino que se llamaban nilos. eran una especie de perros con hocicos largos, de color gris y nariz puntiaguda. yo estaba en una de las habitaciones de la casa con dos mujeres que se supone que eran mis tías y un chico, que ya se me apareció el otro día en otro sueño, pero que nunca he visto en la vigilia. la cosa es que los nilos se le lanzaban al chico y le destrozaban la cara y el cuello, o al menos eso decían mis tías ficticias, porque cuando los perros se pusieron agresivos, yo salí corriendo en busca de ayuda. cuando volví con más familiares inventados, las tías gritaban escandalizadas porque los nilos habían matado al chico. cuando supe la noticia me vino una pena insoportable, y me invadió una imposibilidad de creer que él ya no existiera. me parecía absurdo cómo la vida podía esfumarse en un accidente tan ridículo, con criaturas que actuaban de manera tan poco intencionada. y en ese momento me di cuenta que yo amaba a ese tipo que acababa de morir. y lentamente fui descubriendo que era una especie de primo lejano con el que yo mantenía una relación  extrañamente cercana. y me largué a sufrir sin llorar. nunca lloré. supongo que porque no había visto su cara destrozada, porque solo me lo habían contado y yo lo encontraba tan asquerosamente angustiante que no qusie creerlo. en un momento, mientras la gente llamaba a médicos, ambulancias y carabineros, lo fui a ver. él estaba envuelto en una sábana roja, pero no había sangre en ningún lado. lo destape, pensando que me iba a horrorizar con lo que estaba a punto de ver, pero no fue asi. el estaba hermoso y tenía su cara y su cuello intactos.  lo miré un rato, junto a mis tías ficticias, y de pronto, el despertó y me miró, y yo me sentí inmensamente feliz. las tías escandalizadas esta vez por el milagro sugerían que mi mirada lo había traido a la vida nuevamente, pero a mi me daba igual el cuento de hadas. ya estábamos los dos viviendo vidas inexistentes de nuevo. después de eso nos fuimos a un mundo que quedaba al lado y en donde todo era como esos juegos que antes había en los videos, en donde uno tiraba una bola con una palanca y dependiendo donde pegara la bola con el impulso, acumulabas puntaje. nosotros estábamos adentro del juego, arrancando de la bola.

lunes, 8 de agosto de 2011

Sobre verdad y mentira en sentido extramoral

"¿Qué es entonces la verdad? Una hueste en movimiento de metáforas, metonimias, antropomorfismos, en resumidas cuentas, una suma de relaciones humanas que han sido realzadas, extrapoladas y adornadas poética y retóricamente y que, después de un prolongado uso, un pueblo considera firmes, canónicas y vinculantes; las verdades son ilusiones de las que se ha olvidado que lo son; metáforas que se han vuelto gastadas y sin fuerza sensible, monedas que han perdido su troquelado y no son ahora ya consideradas como monedas sino como metal" 


domingo, 7 de agosto de 2011

tiro al blanco

hay dos cosas terribles en la vida de cualquier persona: no saber lo que se quiere o no tener ganas de hacer lo que se quiere. la primera la asociamos con el sin sentido, y la segunda con la falta de motivación derivada o, de la misma falta de sentido, o de algún episodio traumático desde el punto de vista emocional. la vida se trunca cuando alguno de estos factores se nos presenta en el medio. se hace dificil avanzar. o uno avanza, pero por inercia. sin estar viviendo de verdad. se acepta la infelicidad como algo inherente a la vida. se asume el sufrimiento, pero desde una postura conformista que a pesar de destruirte, conlleva cierta comodidad. porque cuando se está en esa posición, es más fácil seguir sufriendo que intentar dejar de sufrir. falta valor, falta esperanza, falta creer que uno es capaz de hacerse bien a sí mismo. pero no es tan dificil como parece. basta con establecer una dirección, como si la vida fuera una flecha. tienes que estar siempre apuntando en tu blanco y dirigir la flecha hacia él. pero no porque sí, sino que porque sientes que te hace cada vez más libre dirigirte hacia ese punto. y así, uno se vuelve cada vez menos amargado, y se pone a escribir cursilerías que podrían perfectamente aparecer en un libro de autoayuda.

lunes, 1 de agosto de 2011

la vista medio difusa. sutilmente. alcanzas a ver todo muy bien, pero es como si una neblina casi imperceptible lo cubriera todo. entonces la vida se siente como un sueño. a medida que caminas vas dejando una estela de existencia, como si tu alma anduviera a otro ritmo, desfasada de tu cuerpo. puedes mirar hacia atrás y ver como intenta avanzar. anda lento, casi a rastras. y no sientes miedo. todo es tan irreal que no alcanza la lucidez para sopesar consecuencias macabras. el otro día, por ejemplo, estaba mirando cómo pasaban los autos por la calle. y pensaba en la idea de tirarme encima de alguno, pero no para morir. o sea, probablemente eso me hubiera pasado si lo hubiera hecho, pero no era mi intención. es solo que no sentía la necesidad de protegerme, de escapar de los peligros, me sentía tan abstraida de todo, que la posibilidad de sufrir parecía algo absurdamente lejano. igual no hice nada... habia una vocecita en mi cabeza que me decía que si me tiraba al tráfico me iba a morir. y se sentía super ilógico, pero como estoy loca, le hice caso.