lunes, 3 de octubre de 2011

me incendié

ha cambiado de forma tantas veces que te juro que ya no sé lo qué es. no sé si me hace mal o bien, no sé cuánto tiempo durará antes de volver a cambiar, ni siquiera me acuerdo bien de su forma anterior. o sea, me acuerdo superficialmente, quizás hasta podría describirlo, pero no podría volver a sentirme de esa manera de nuevo. es como si yo fuera otra persona ahora, después de este segundo.


otra.

todas las semanas me aferro a paradigmas distintos solo para dedicarme a desbaratarlos después. los sábados y los domingos se han convertido en sinónimo de crisis para mi. crisis de todo tipo. existenciales. intelectuales. físicas. psicológicas. emocionales. metafísicas. filosóficas. cibernéticas. pornográficas. doctrinarias. familiares.

cada fin de semana una nueva conclusión me ilumina la existencia y me muestra un nuevo abismo. supongo que lo que me hace colapsar en verdad es la creencia de que debo elegir entre una u otra opción. pero como soy cobarde en verdad nunca elijo nada. solo me inclino por alguna dirección, tratando de no olvidarme nunca de que existe la otra.

la carta bajo la manga.

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